¿Qué son los DNS?
Al hablar de DNS, nos referimos a las iniciales Domain Name System (Sistema de Nombres de Dominio). Se trata de una tecnología que recurre a las bases de datos para detectar la dirección IP a la que pertenece cualquier dominio que un usuario quiera desear. Es decir, toma la URL y la “traduce” para ofrecer como resultado su dirección exacta, su IP. Para quien no lo sepa, la dirección IP es la identidad de cada equipo en una red. Cuando se realiza una a nivel doméstico, es probable que haya ordenadores y teléfonos, incluso consolas, conectados con diferentes nombres y, a la vez, diferentes IP que los identifiquen; dado que es un número reducido, memorizarlos no es demasiado complicado. No obstante, cuando se extrapola a Internet y a los miles de millones de equipos conectados, la cosa no es tan sencilla. Para eso nacieron las DNS, para hacer algo más fácil esta tarea de identificación y detección. Volviendo a ellas, es importante diferenciar las tres partes que las componen: Cliente DNS, instalado en el equipo del usuario y encargado de pedir los “nombres”; Servidor DNS, contesta a esa petición y la resuelve; y Zona de autoridad, grupos de servidores cuya tarea es resolver dominios concretos (por ejemplo .com o .net). Ahora que hemos introducido el concepto, vamos a profundizar un poco más en él para facilitar al máximo su entendimiento. Dado que es un elemento básico de todo lo relacionado con la red de redes y la comunicación entre equipos, es conveniente conocerlo al dedillo, sobre todo si se trabaja con hostings.